Mientras Portugal se encuentra en una situación de nación de tercera división, Brasil se convierte en el gran baluarte de la parte de la Hispanidad que habla portugués
Este pasado lunes, el presidente de la República de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, firmó un decreto que aprueba una reforma total de la ortografía de la lengua portuguesa con cambios importantes que unificarán el registro escrito entre las siete naciones políticas que hablan portugués. De esta manera, Brasil se convierte en la potencia hegemónica del portugués por delante de su Madre Patria y lugar de nacimiento del idioma, Portugal.
Lula firmó el documento en la Academia Brasileña de las Letras, sita en Río de Janeiro. Este documento empezará a regir a partir del 1 de enero de 2009, comenzando así un período de transición en la escritura portuguesa con vistas a unificar la lengua. La ceremonia se celebró durante la conmemoración de los cien años de la muerte de Joaquín Machado de Asís, escritor brasileño. En conmemoración por su muerte, Lula anunció que se instaurarán bibliotecas públicas en todos los municipios brasileños. «Hoy es un día tan marcante para nuestra linda literatura, aún faltan muchos capítulos en el acceso a la lectura en Brasil», dijo el Presidente.
Esta unificación provocará cambios en el portugués hablado en Brasil, ya que, según expertos, casi un 0,5% de las palabras portuguesas utilizadas en Brasil sufrirán cambios, pero será Portugal quien más cambios sufrirá (más de un 1,5% de sus palabras tendrán que modificarse). Tres nuevas letras se incorporarán al portugués: la k, la w y la y, pasando el alfabeto luso de 23 a 26 letras. Se perderán los guiones entre palabras y los acentos agudos en diptongos. El período de transición se prevée durará hasta el año 2012, año a partir del cual las reformas en la lengua portuguesa serán obligatorias.
Este acuerdo parece definitivo, tras los fracasos de Lisboa en 1980 y Cabo Verde en 1998. El acuerdo más reciente es del año 2004, año en que se añadió Timor Oriental. Con este acuerdo, los flujos comerciales entre los países lusoparlantes serán más fáciles y rápidos, y Brasil se asegurará en este campo la hegemonía sobre otras naciones que considera parte de su universo lingüístico y comercial. Esto, además, unido a la cada vez mayor presencia del idioma español en Brasil, segundo idioma del país y primer idioma extranjero en Brasil más estudiado (por delante del inglés), acerca más Hispanoamérica a las naciones africanas y asiáticas de lengua hispana, en este caso la portuguesa.
El portugués, con más de 220 millones de hablantes, es tras el español, con 450 millones y en crecimiento, la segunda lengua romance más hablada del mundo, por delante del francés (que cuenta con 200 millones de hablantes y bajando). La lusofonía la componen siete naciones políticas: Portugal en Europa; Brasil en América; Cabo Verde, Guinea Bissau, Santo Tome y Príncipe, Angola y Mozambique en África; y Timor Oriental en Asia. El asentamiento del portugués en el mundo se debe a la acción del Imperio Portugués, el cual, hay que recordar, durante más de 70 años ininterrumpidos, bajo reinado de Felipe II de España, formó parte del Imperio Español.
http://elrevolucionario.org/rev.php?articulo916
Este pasado lunes, el presidente de la República de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, firmó un decreto que aprueba una reforma total de la ortografía de la lengua portuguesa con cambios importantes que unificarán el registro escrito entre las siete naciones políticas que hablan portugués. De esta manera, Brasil se convierte en la potencia hegemónica del portugués por delante de su Madre Patria y lugar de nacimiento del idioma, Portugal.
Lula firmó el documento en la Academia Brasileña de las Letras, sita en Río de Janeiro. Este documento empezará a regir a partir del 1 de enero de 2009, comenzando así un período de transición en la escritura portuguesa con vistas a unificar la lengua. La ceremonia se celebró durante la conmemoración de los cien años de la muerte de Joaquín Machado de Asís, escritor brasileño. En conmemoración por su muerte, Lula anunció que se instaurarán bibliotecas públicas en todos los municipios brasileños. «Hoy es un día tan marcante para nuestra linda literatura, aún faltan muchos capítulos en el acceso a la lectura en Brasil», dijo el Presidente.
Esta unificación provocará cambios en el portugués hablado en Brasil, ya que, según expertos, casi un 0,5% de las palabras portuguesas utilizadas en Brasil sufrirán cambios, pero será Portugal quien más cambios sufrirá (más de un 1,5% de sus palabras tendrán que modificarse). Tres nuevas letras se incorporarán al portugués: la k, la w y la y, pasando el alfabeto luso de 23 a 26 letras. Se perderán los guiones entre palabras y los acentos agudos en diptongos. El período de transición se prevée durará hasta el año 2012, año a partir del cual las reformas en la lengua portuguesa serán obligatorias.
Este acuerdo parece definitivo, tras los fracasos de Lisboa en 1980 y Cabo Verde en 1998. El acuerdo más reciente es del año 2004, año en que se añadió Timor Oriental. Con este acuerdo, los flujos comerciales entre los países lusoparlantes serán más fáciles y rápidos, y Brasil se asegurará en este campo la hegemonía sobre otras naciones que considera parte de su universo lingüístico y comercial. Esto, además, unido a la cada vez mayor presencia del idioma español en Brasil, segundo idioma del país y primer idioma extranjero en Brasil más estudiado (por delante del inglés), acerca más Hispanoamérica a las naciones africanas y asiáticas de lengua hispana, en este caso la portuguesa.
El portugués, con más de 220 millones de hablantes, es tras el español, con 450 millones y en crecimiento, la segunda lengua romance más hablada del mundo, por delante del francés (que cuenta con 200 millones de hablantes y bajando). La lusofonía la componen siete naciones políticas: Portugal en Europa; Brasil en América; Cabo Verde, Guinea Bissau, Santo Tome y Príncipe, Angola y Mozambique en África; y Timor Oriental en Asia. El asentamiento del portugués en el mundo se debe a la acción del Imperio Portugués, el cual, hay que recordar, durante más de 70 años ininterrumpidos, bajo reinado de Felipe II de España, formó parte del Imperio Español.
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